El lunes sin duda es una batalla,
el martes, tenue, cobija una promesa,
tiene el miércoles olor de ropa sucia
riega el jueves flores bajo el viernes
y viernes no suelo dejar títere con cabeza.
El sábado recompongo, ordeno y limpio
salgo a ponerme y sucio de ripios
vuelvo, como a veces, solo a casa.
Ya es domingo, silencio en la playa,
medir el aire entre los brazos,
dejar hacer al tiempo
y dejar que las palabras
me conduzcan a otro lunes conocido
con conocidas simples batallas
y a un martes de nuevas e incumplidas promesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario